DE REPENTE

De repente la palabra fue polen y el silencio no más que espuma del casi.

De repente la noche inmóvil se volvió danza asonante y la piedra un reloj dormido.

De repente fui atalaya y mis manos se poblaron de bárbaros.

De repente la muerte cerró su boca vacía y apretó su falo color hambre.

De repente los ojos son métodos de tortura  y el cuerpo el pan de los siglos.

De repente la oscuridad se dibujó en la oreja y el mar es un espejo con colmillos de sal.

De repente la luna es una prisión cubica y los pies son dos lazarillos amantes.

De repente soy mandala sulfúrica en esta ciudad colérica

De repente un racimo de recuerdos atraviesa mi costado putrefacto


Bordando mi destino/
de repente yo.

2 respuestas a “DE REPENTE

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