POEMA XXII

Lloras detrás de tu lágrima.
Sumergida en un cementerio de palabras mal acariciadas.
Y buscas tu cadáver
como quien busca su nacimiento en su memoria.

Inicia el éxodo de las bacterias de tus manos
Y tus manos son como un color maniatado.

… Se te caen los lunares de la cara.

Tu nombre es un sustantivo triste
en la mirada de un animal que agoniza
Yo beso tu boca
que es un cofre vacío de silencios
donde naufraga un tigre ciego.

Mas luego
Antes de que dios se entere que es dios
llega el sol
para decirme que tu sombra
es un bodegón de heridas.

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